Permuto la realidad por los sueños

  Permuto la realidad por los sueños: estos últimos pueden ser más gratificantes en su silencio o en su ruido atronador (tengo marcado a hierro un sueño en el que todo era ruido y música, o posiblemente un dodecafonismo inaudito creado por mi mente). El sinsentido o sentido verdadero, vete a saber, que emerge en un hilo argumental en cruz hasta que sus pequeñas historias se disocian decidiendo errar cada una de ellas en su confuso cautiverio. Nuevos aromas, colores e imágenes se reinventan para dar volumen a los recuerdos narcotizados de alguna realidad.

Fotografía del autor

  Yo que conseguí levitar; yo que conseguí volar; yo que conseguí nadar por el fuego; yo que resucité y resucité a otros… estoy en la disyuntiva del sueño o de la realidad y, aunque no tenga esa posibilidad de elección, me acerco cada día más al profundo pozo de Morfeo el mágico, el que ya hace bajar los párpados que secuestran mi vista para hacerme viajar al país de Nunca Jamás.