Sarilis Montoro (Beso de luna)


Sarilis Montoro
        Sarilis Montoro vuelve a repetir una segunda vez en Relámpagos de papel. Si ya disfrutamos en la primera ocasión de su narrativa, ahora tendremos la oportunidad de sumergirnos en su poesía. Sirvan para ello estos dos poemas del libro Beso de luna. Pinchando este enlace verás su bio-bibliografía y el relato El creador de estrellashttps://relampagosdepapel.blogspot.com/2020/05/el-creador-de-estrellas.htmlY si quieres adquirir el poemario Beso de luna, sigue este otro: http://lafraguadeltrovador.com/
Beso de luna
Sarilis Montoro
Editorial La fragua del trovador (2019)


Medias lunas

Mil Dioses y Demonios pueblan mi cabeza
Todos juntos coexisten
Y, nada está en mis manos
Para aligerar su tremendo peso.

Por mi espalda se extienden sus letanías
A modo de reptiles desesperados por ganar el triunfo.

Abajo, la avaricia domina a la ciudad expectante
Es bella, silenciosa
Espera un conquistador
Un Demonio o un Dios
Que ponga rumbo a sus torres vacías, huecas.
Veo algún ser solitario al compás de la misma espera.
Hay calma a pesar del vacío
Una sempiterna paciencia es ahora la reina
Un sepulcral silencio es ahora el rey
Dos medias lunas se posan sobre las torres
Cómodas y satisfechas de sí mismas
El cónclave que reina entre ellas tiene forma de pipa
A través de la pipa exhalan un humo blanco
Donde está escrito quién va a ser el rey de la ciudad
¿Un Demonio o un Dios?
Hay un gran desacuerdo entre ellas
A pesar de su aparente cordialidad.
Una media luna está muy segura de sí misma,
Parece demoníaca con la chulería de su sombrero
Y su cuerno curvilíneo y circense.
La otra es más pequeña,
Carece de cuerno y soberbia
Pero también parece muy segura de sí misma.
No teme a la media luna que la sostiene con viejo alambre
Haciéndola parecer un desgraciado funambulista
Que está a punto de caer.
Ambas ignoran que el mar que se divisa
Más allá de la ciudad
Será el que decida con sus mareas
Quién gobernará el mundo.
Si un gran Dios
O un pequeño Demonio,
Si un gran Demonio
O un pequeño Dios.

Entre tanto y tanto
Yo no hago más que observar.
¿Qué otra cosa puedo hacer?




Pirámides en poesía
Pintura de Amelia Tantem que acompaña al poema



La envidia de los Dioses 

levantáis.



Cómo soles ancestrales brilláis en 

medio de la nada.
La incógnita de los hombres 
suscitáis.

 Surgisteis como el loto 
azul bajo el agua, como 
lirios en el desierto, entre 
polvo de alabastro y 
tormentas, entre ojos 
rasgados y pieles 
calcinadas.

¡Cuántas lunas han 
acunado vuestro sueño!

¡Cuántos soles han 
acariciado vuestro 
amanecer!

Refulgís bajo un sol 
ardiente desafiando 
pasado, presente y
futuro. El discurrir de los 
tiempos son vuestros 
juegos malabares.

        Fruto de atracción sois en    
        la lejanía y en la cercanía,   
        seductoras de la historia
        en medio de la vorágine
        del desierto duro y
        sinuoso.

¡Cuántos tesoros ocultáis 
en vuestras vetustas 
entrañas!

¡Cuántos secretos
sepultáis bajo jeroglíficos 
encriptados!

¡Oh, majestuosas 
pirámides, fuisteis cobijo 
de faraones deificados y 
esclavos de su estela 
aromatizada con efluvios 
de incienso y mirra!

Con las nanas del Nilo, 
dormís un sueño plácido y 
descansáis del peso de 
vuestro simbolismo en la 
tierra y en el país de la 
barca dormida.

¡Sois el gran secreto en la 
inmensidad de la arena!

¡Sois el misterio oculto 
jamás desvelado hasta 
ahora!

        Sólo Dioses y hombres 
        conocen vuestra esencia      
        más íntima oculta entre         
        sagradas grietas que
        murmuran en silencio 
        tragedias y llantos
        perdidos en eco divino.

Dioses y hombres 
comparten a medias 
ambiciones y codicias que 
rodearon vuestra creación 
en la búsqueda de un
cielo inalcanzable y 
poderoso.

¡Cuánto calláis en medio
de la nada!

¡Cuánto gritáis en medio
de un caos sordo y ciego!

Entre Dioses y hombres 
que callan, exclaman, 
gritan y lloran, vosotras, 
excelsas pirámides 
permanecéis en sepulcral 
silencio, latentes y
mudas.

        No tenéis nada que decir     
        pues la historia está
        escrita en vuestras
        aristas, en vuestras    
        escalinatas en la arena
        que os rodea como     
        sensual danza de fuego.

¡Sois únicas antes y ahora 
por lo que encerráis!

¡Sois valiosas y 
enigmáticas por lo que 
exhibís!

Sois el gran trofeo que
nos legó una antigua 
estirpe de esclavos bien 
alimentados con el 
beneplácito de unos 
faraones divinamente 
endiosados.

Sus ojos delineados con el 
trazo del rayo
poderoso, sus rostros 
brillantes de ungüentos 
sagrados os hipnotizaron 
para trabajar cuerpo a 
cuerpo como guerreros.

¡Oh, esclavos, como 
guerreros fuisteis!

        ¡Oh, artífices de
        pirámides,  con vuestras
        manos las creasteis!


Sarilis Montoro

Comentarios

Entradas populares